Hace años, luchaba con poderme ver femenina, estaba tan sumergida en la creencia de que “simplemente no lo soy y ya” que aunque existía mí el deseo, era como si mi persona no tuviera acceso a eso.
Quiero decirte, después de todo el foco que le puse a trabajar en eso, y atravesar esa gran mentira que me había contado desde adolescente, puedo compartirte que eso no es algo a lo que se acceda por arte de magia.
Hay maneras en las que puedes acceder a tu femineidad con pequeñas acciones. Todo se va acomodando.
-No uses el pijama de la ropa que ibas a tirar.
-Usa ropa interior conjuntada y con encaje, aunque nadie la vea.
-Ponte una gotita de perfume antes de dormir.
-Échate agua tonificante en la cara.
-Depila tus piernas con frecuencia, aunque no las muestres.
-Mírate en un espejo al menos una vez mientras te bañas.
-Pinta tus uñas, aunque sea de brillito.
-Tira, dona o vende la ropa que te hace sentir lo contrario.
– Desmaquíllate ¡AUNQUE NO TE HAYAS MAQUILLADO!
– Usa un tratamiento para cabello, invierte en uno que no sea el más barato ni el de siempre. También se crean anclajes con ese tipo de cosas.
-Si eres como era yo, y no bebes nada de agua, BEBE UN PINCHE VASO DE AGUA.
Prueba y verás qué sientes.
Puede tener esto connotaciones sexistas, pero esto no te lo digo para el mundo, si no sólo para ti. Si existen estereotipos, USÉMOSLOS A FAVOR.
Tranquila, esto no es de saberse maquillar o peinar, ni de tener el cuerpo perfecto. Yo tengo el cuerpo lleno de marcas y me peino una vez al mes.